De las necesidades humanas básicas, donde se incluyen la libertad, la recreación, el trabajo, la vivienda, el vestuario, el afecto, la salud, la educación; la alimentación juega un papel fundamental, vital para la subsistencia como seres vivos. A través del estado nutricional de nuestra población, como un indicador válido para aproximarnos a la calidad de vida, podemos determinar las posibilidades de desarrollo de un país. Es por esto y mucho más que lo alimentario-nutricional está inmerso y vinculado con todas las esferas del quehacer diario. No es de extrañar entonces, las múltiples y complejas aplicaciones de la Bioética en este tema.
Pensar la nutrición como un derecho humano sería como pensar en el derecho de respirar aire puro, o en el derecho a vivir. ¿Acaso es necesario declarar que tenemos derecho a comer? Pareciera que sí, y la reflexión acerca de algo tan obvio toma carácter universal, cuando vemos como comunidades enteras son desbastadas por la hambruna en el mundo debido a la gran inequidad social. El tema de la bioética alimentaria debe ser considerado como política pública en el Ecuador.
Los derechos del consumidor, la publicidad y el etiquetado nutricional son importantes avances en nuestro país. Otro tema de gran significación ética es la manipulación de la información por parte de la industria de alimentos, vemos con sorpresa como día a día, por los medios de comunicación nos bombardean con productos o alimentos que no manejan información veraz, sino que responden a intereses mercantilistas y de lucro particular.
Por su parte, el poder del consumidor debe realizar un análisis del tipo de productos que se publicitan, su perfil nutricional y programas en los que hay más anuncios, así como las herramientas que están usando para conquistar a la población. Se siguen publicitando alimentos y bebidas no saludables en la televisión, en el cine y otros medios que merece mayor regulación.
De igual manera, la pérdida y desperdicio de alimentos en nuestra sociedad alcanza a niveles altos, entre un cuarto y un tercio de los alimentos producidos anualmente para consumo humano se pierde o desperdicia, se calcula que dichos alimentos serían suficientes para alimentar cientos de miles de personas. El Buen Vivir y alimentación es concebido como una idea movilizadora, que impulsa la construcción sostenida de una sociedad recíproca, corresponsable y complementada con la interacción armoniosa de la naturaleza, de aquí la importancia de tratar el tema de la alimentación y su consumo bajo principios de la equidad y la bioética. (O)