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07/07/2023Sígsig, Azuay – El domingo pasado, durante la emotiva celebración en la comunidad de Sérrag por el avance del proyecto de construcción del sistema de riego Cerro Negro-Sérrag, se vivió un ambiente cargado de emociones y un sentimiento colectivo de gratitud y esperanza.
Las montañas majestuosas y la brisa fresca se unieron a la festividad, creando un telón de fondo natural que enmarcaba la celebración, junto al reservorio recién construido. Esta comunidad, perteneciente a la parroquia Ludo, parecía ser testigo del paso del tiempo y la lucha constante de su gente por hacer realidad su anhelo de tener agua de riego y ya no depender más de San Pedro, su patrón.
La luz del sol se filtraba entre las copas de los árboles, creando destellos de expectación sobre los rostros sonrientes de los habitantes de Sérrag. El entusiasmo se palpaba en el aire, mientras hombres, mujeres y niños se reunían con alegría y gratitud en sus corazones.
La ceremonia comenzó con una misa en honor a San Pedro, símbolo de fortaleza y perseverancia de la comunidad. Los cantos y las oraciones resonaban en el lugar, elevando las voces de los creyentes hacia el cielo, en agradecimiento por el progreso que el proyecto de riego traerá consigo.
Tras la misa, los aromas tentadores de la pampamesa, una comida tradicional, se esparcían por el lugar, despertando los sentidos y abriendo el apetito de los asistentes, quienes respondían con un “Dios le pague” por la generosidad y la unión de la comunidad.
Además, la poesía y el canto se entrelazaban a medida que pasaba la mañana, llevando consigo las historias y los sueños de los habitantes de Sérrag. Las voces de hombres y mujeres se unían en un coro de esperanza, mientras los versos recitados evocaban la belleza de la tierra y la importancia del proyecto de riego en la vida de la comunidad.
Y entonces, en medio del programa, doña Teresa Morocho pidió el micrófono para acariciar las cuerdas más sensibles de los presentes. Con una canción de su propia autoría, dedicada al anhelado proyecto, su voz resonó con una mezcla de dulzura y fuerza. Sus palabras, como gotas de esperanza, empaparon el ambiente y calaron hondo en los corazones de todos los oyentes.
“Hoy puedo ver, en mi lindo Sérrag, un gran proyecto, soñado hace 12 años; es un proyecto grande y caro, decían por allí, pero no perdimos la esperanza…”, entonaba doña Teresa con cierta timidez, ondeando su pollera con orgullo mientras el público la aclamaba, envolviéndola en un cálido abrazo de admiración.
Los aplausos y las lágrimas de alegría no se hicieron esperar mientras Zoila Morocho, una mujer líder de la comunidad, tomó la palabra. Su discurso, pronunciado con voz entrecortada y emocionada, se convirtió en un tributo a la perseverancia y al trabajo en equipo. Sus palabras, como un río caudaloso, arrastraban consigo la gratitud y la admiración hacia aquellos que habían hecho posible el avance del proyecto. Ella también entonó una de las canciones más hermosas del repertorio ecuatoriano: “Bajo el cielo inmenso de mi Ecuador, vivo alegremente con un ruiseñor…”.
El ambiente se llenó de una energía contagiosa, en Sérrag, testimonio vivo del espíritu indomable de la comunidad y de su capacidad para celebrar los logros alcanzados. Entre sonrisas radiantes, y alguna lágrima de alegría, los habitantes se reunieron para honrar el avance de un sueño colectivo y renovar su compromiso de seguir adelante en busca de un futuro próspero para la comunidad.
Segundo Carchi, presidente de la comunidad Sérrag, tomó la palabra frente a la multitud reunida y dirigió su agradecimiento al prefecto Jota Lloret por el apoyo brindado a este proyecto tan anhelado. Con una voz llena de emoción, Segundo destacó la importancia de esta infraestructura para el desarrollo de la comunidad y expresó su gratitud por el compromiso de la Prefectura de Azuay en hacerlo realidad.
Por otro lado, Miguel Carchi, presidente del proyecto de riego Cerro Negro, se unió al agradecimiento y destacó el arduo trabajo y dedicación de todos los involucrados en este proceso. En su discurso, resaltó el impacto positivo que este sistema de riego tendrá en la calidad de vida de los habitantes y en el fortalecimiento de la actividad agrícola en la región.
En este día lleno de poesía, canto y gratitud, la comunidad de Sérrag demostró una vez más que, con determinación y unidad, pueden superar cualquier obstáculo en su camino. El proyecto de construcción del sistema de riego Cerro Negro-Sérrag se convierte así en un símbolo de esperanza y avance, alimentando los sueños de una comunidad que nunca dejó de creer en su propio potencial. Este proyecto que sumó 150.000 dólares de inversión tiene 500 beneficiarios, en un perímetro de 80 hectáreas.