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Desde la época de la colonia hasta nuestros días, han existido una gran variedad de manifestaciones musicales, como ya lo hemos mencionado en artículos anteriores, en nuestro país existen varios ritmos unos autóctonos y otros que han sido adoptados a nuestro entorno.
El Danzante es uno de los ritmos nativos de nuestro país, perteneciente a la región interandina o sierra, con orígenes prehispánicos.
Es más conocido para muchos el danzante como personaje, siendo la figura característica de festividad del Corpus Christi que traducida al español textual “Cuerpo de Cristo”; fiesta perteneciente a la Iglesia Católica en donde se celebra la Eucaristía, hoy en día es una celebración tradicional de Pijilí, lugar perteneciente a la Provincia de Cotopaxi ubicada en el centro del país, pero en la cultura precolombina existían danzantes en las culturas como la Tolita, Tuncahúan, Jama Coaque.
Su traje con su faldón blanco, camisa, pechera cubierta con espejos y oropeles, cascabeles atados a los tobillos con lo cuales van marcando y acentuando con su baile el ritmo y compás.
El danzante está basado en un ritmo alterado (Negra -Corchea) una figura larga y una corta, con ritmo ternario, que en principio su compás sería 3/8, pero es escrito en 6/8, es decir duplicado dando así una amplitud a su melodía.
Este ritmo es presentado en un tiempo calmo, una danza lenta, como un caminar, en las partituras comúnmente se encuentra la indicación Andante, siendo un termino del italiano “Andare= andar ,caminar” que es una indicación que específica el tiempo con el que se ejecuta la obra musical; siendo su tiempo negra con punto =70.
Sus melodías son pentáfonas, y su carácter de contemplación, profundo y campestre, acompañados por el sonido de grandes tambores, pingullos, tamboriles y el característico color tímbrico de los cascabeles de los tobillos de los Danzantes.
Uno de los danzantes más conocidos en nuestro país es la composición musical Vasija de Barro, a la que muchos han llamado nuestro segundo himno. Con música de Gonzalo Benítez y Luis Alberto Valencia, con letra de los poetas ecuatorianos, Jorge Enrique Adoum, Hugo Alemán, Jorge Carrera Andrade y el pintor Jaime Valencia. Obra musical compuesta en el año 1950 en una velada de amigos en casa de uno de los más grandes y reconocidos pintores ecuatorianos Oswaldo Guayasamín.
Los rituales mortuorios y el profundo deseo de volver a ser parte de la tierra, es el contenido de su letra:
Yo quiero que a mí me entierren como a mis antepasados en el vientre oscuro y fresco de una vasija de barro.
Cuando la vida se pierda tras una cortina de años vivirán a flor de tiempos amores y desengaños.
Arcilla cocida y dura alma de verdes collados barro y sangre de mis hombres sol de mis antepasados.
De ti nací y a ti vuelvo arcilla vaso de barro
con mi muerte vuelvo a ti a tu polvo enamorado.
Otro Danzante, cuya esencia también es el nacionalismo, es el Danzante del destino, cuya música pertenece al compositor Gerardo Guevara, compuesta en 1967 con letra del poeta Jorge Enrique Adoum, quienes trabajaron conjuntamente en muchas mas obras.
Danzante del destino:
Preguntan de dónde soy
Y no sé que responder:
de tanto no tener nada
no tengo de donde ser.
Un día me iré a quemar
todo el trigo del dolor:
entonces ha de haber patria,
ahora hay tierras del patrón.
Debajo del campo verde
mucha sangre hay en el suelo:
yo no sabré a donde voy
pero se de dónde vengo.
El indio que cae sabe
cuánta tierra al fin le toca:
pues reconoce el sabor
de otros indios en su boca.