Farmasol inaugura sucursal en la Av. Remigio Crespo
22/05/2024Concejo Cantonal aprueba Ordenanza para Promover la Lactancia Materna en Cuenca
24/05/2024La agricultura del futuro debería pensarse no únicamente como aquella que hace uso de tecnología para automatizar procesos, sino en una actividad que a más de producir alimentos, contribuye a la sostenibilidad de los ecosistemas.
Desde su invención, la agricultura ha tenido un poder transformador en la humanidad como sociedad y en el planeta. La posibilidad de producir alimento por largos períodos de tiempo, contribuyó a la creación de asentamientos humanos permanentes, que luego se transformaron en ciudades, dando así origen a civilizaciones con mayor nivel de complejidad e interacciones entre sus habitantes.
Civilizaciones en todo el planeta, domesticaron plantas y animales para su subsistencia, y junto a estos procesos de domesticación, desarrollaron herramientas, prácticas de manejo y técnicas de cultivo, que consideran el conocimiento de la ecología de las especies y las características de sus ecosistemas. Con la colonia y la posterior revolución industrial, muchas de estas opciones tecnológicas fueron olvidadas o deliberadamente dejadas de lado, por considerarlas obsoletas, carentes de sustento científico o simplemente por considerar que no aportan con el objetivo principal de incrementar la producción de alimentos.
Esta forma de ver a la agricultura, como una actividad enfocada únicamente en la producción de alimento, ha sido una de las principales responsables en procesos identificados como críticos para mantener un planeta estable y resiliente que garantice el bienestar y sobrevivencia de millones de personas alrededor del mundo. Adicionalmente a esto, se ha estimado que aproximadamente un tercio de las áreas agrícolas del planeta, se encuentran en algún estado de degradación, lo que compromete no solo la sostenibilidad de los ecosistemas, sino que también reduce la capacidad de estas áreas de producir alimento, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria de poblaciones locales. Ante esto, es necesario que desde la agricultura se propongan acciones que garanticen la sostenibilidad de los sistemas alimentarios, mediante la restauración de tierras degradadas.
El G20, a través de la iniciativa global de la tierra, ha identificado que la necesidad de restaurar tierras degradadas, a futuro representará una gran oportunidad de fuentes de trabajo para jóvenes profesionales. Sin embargo, el sistema educacional actual no incluye en sus planes académicos la restauración de tierras desde la agricultura como un eje transversal. Esto ha llevado a plantear la necesidad de la creación de una asignatura, que provea con los conocimientos, habilidades y destrezas necesarias para que jóvenes profesionales, puedan proponer iniciativas para la restauración de tierras degradadas desde el sector agrícola
El curso global denominado “¡Impulsando el cambio! Soluciones innovadoras de agricultura sostenible para la restauración de tierras”, ha sido una iniciativa liderada por la Iniciativa global de la tierra, en la que hemos participado profesores/investigadores de Universidades e institutos de investigación de todo el mundo, con el fin de brindar recursos educativos, para que sean incorporados en carreras relacionadas al sector agrícola en instituciones de educación superior. El reto es enorme, a nivel global, existe el compromiso de restaurar aproximadamente un billón de hectáreas de tierras degradadas, y la Universidad juega un rol extremadamente importante en esta meta global, necesaria para garantizar la sostenibilidad.
Autor: Juan Pablo Iñamagua Uyaguari