La tierra donde naces, no siempre te brinda las oportunidades para surgir, las desigualdades sociales entre lo rural y lo urbano, marcan notablemente el destino de miles de familias, en cientos de comunidades de Azuay, Cañar, Morona y Zamora; en donde es visible la pobreza y la falta de desarrollo territorial.
En estos sectores, rezagados por años, además de contar con vías de tercer orden en pésimas condiciones para la movilidad; no cuentan con servicios básicos como agua potable o proyectos de letrinización, sus necesidades biológicas la realizan como hace muchos, entre los montes, la chacra o detrás de la casa, con todas las complicaciones de salubridad que esto implica.
La falta de riego para sus cultivos y el limitado apoyo de los gobiernos seccionales, ha hecho que miles de ecuatorianos dejen su territorio y migren hacia las grandes ciudades o al extranjero. Solo hasta septiembre del presente año más de 21.000 ecuatorianos abandonaron el país, con destino, principalmente a los Estados Unidos, algunos con resultados trágicos que a diario se conocen.
La minería
Otros en cambio con temor y dudas se acercaron a la industria, la que hoy por hoy genera un gran debate social, entre el cuidado ambiental y la necesidad de alimentar a la familia, hablamos de la minería legal, que en el país se encuentra vigente y que según varios informes publicados están generando oportunidades de trabajo para miles de familias.
“Es fácil defender los recursos naturales y pedir que en nuestro territorio no exista minería, cuando no sufres de hambre y cuando no tienes que comer solo mote todos los días, para muchos será bonito cuando van de excursión o de campamento, pero para quienes hemos vivido a diario esta situación, es desesperante”, señala Manuel M., quien hace más de 15 años migró desde el Sígsig hacia Zamora.
“Los padres tenemos que salir a la ciudad para buscar un trabajo, abandonado a nuestros hijos, quienes todas las tardes nos esperan en la esquina de la casa para que lleguemos con un pan o algo diferente que comer, muchos niños no verán regresar nunca a sus padres, porque decidieron migrar y en su intento perdieron la vida, por eso creo firmemente y estoy convencido que una minería con participación ciudadanía, con empresas serias, responsables y el involucramiento de las autoridades, son el camino hacia el desarrollo”, agrega.
Llevé a mi esposa y mis cuatro hijos al Oriente, porque es un lugar mejor para cultivar el campo, logré dar lo estudios completos a mis hijos y hoy todos son profesiones; siempre les digo que no lo hubiera logrado quedándome en mi tierra o quizá estuviera en los Estados Unidos como el 90% de mis familiares que decidieron salir relata con mucha nostalgia.
Manuel comenta que en Zamora tuvo mayores oportunidades y desde hace cinco años hay más movimiento y trabajo; en el tema de transporte, venta de productos y comercio y nadie puede negar que eso se debe a la presencia de la industria minera y la gran cantidad de personas que llegaron al sector.
“Si bien no estoy vinculado directamente a un trabajo en las empresas mineras, tengo amigos, vecinos y más que en la actualidad tienen una estabilidad laboral y económica, lo que significa que no tienen que migrar, pueden salir adelante en su propia tierra y vivir en tranquilidad, comenta Manuel.
Proyecto
Cuando este sencillo hombre se refiere a la “Fruta”, no es la que cultivaba y transportaba en su tierra, sino del proyecto Fruta del Norte, la industria minera de la empresa canadiense Lundin Gold, considerada dentro de los cinco proyectos mineros más importantes y estratégicos del país; presente en el territorio desde el 2015 y que inició sus actividades en noviembre de 2019.
El campamento, Las Peñas de la mina Fruta del Norte tiene en la actualidad 1.909 empleados y 946 contratistas, un buen porcentaje de ellos son mujeres; muchos de ellos utilizan la camioneta de Manuel para movilizarse.
“Esto no es de un día, es algo permanente, no solo mis servicios de transporte han mejorado, sino también el trabajo en el campo, porque lo que cultivamos lo sacamos al mercado y la venta es mayor, no sabemos cuánta gente hay trabajando allí, pero dicen que pueden ser más de dos mil personas y claro, todos ellos tienen que alimentarse”, dice sonriendo Manuel.
Conservación ambiental
Cuando le preguntamos sobre los impactos ambientales y el temor que existe al respecto, él nos deja claro que temores no existen, entre quienes conocen de cerca el proyecto. “Hasta ahora creo que el trabajo que realizan es con mucha responsabilidad, he visto profesionales en el área ambiental que trabajan en proyectos para restaurar las áreas afectadas, debemos saber que toda actividad humana genera impacto ambiental, incluso la agricultura, sin embargo, es nuestra responsabilidad remediar la misma y en este caso creo que ellos desarrollan procesos ambientales adecuados”.
Camilo Gonzáles, coordinador de biodiversidad en Fruta del Norte, informa que unos de los principales objetivos es restaurar las áreas que están en intervención con el proyecto minero y también aquellas que se encontraron antes el ingreso de la empresa, por la presencia de minería ilegal; para ello implementaron granjas en donde se cultivan cerca de 40 mil plantas, de 50 especies, entre ellas nativas, que fueron rescatadas en los procesos de construcción, además mediante proceso de investigación se busca recuperar la estructura del bosque.
Empleo y regalías
Según información de la empresa Lunding Gold, en la zona se estima que se pueden extraer cinco millones de onzas de oro en los cerca de 14 años de vida útil de la mina, con un promedio anual de 325 mil onzas; lo cual según el Estado generaría alrededor de 72 millones de dólares por año en impuestos, regalías y participaciones, además la generación de 2.000 empleos directos y más de 7.000 indirectos.
Entre el 2019 y el 2021, la empresa Lunding Gold, mediante su proyecto Fruta del Norte invirtió en proyectos comunitarios 29 millones de dólares; y se pagaron al Estado 65 millones de dólares en regalías anticipadas.
Fruta del Norte, está ubicada en la provincia de Zamora, a cuatro horas de la ciudad de Loja, a 40 minutos de la parroquia Los Encuentros. En la planta al momento se desarrollan procesos de molienda, flotación, concentrado y lixiviación. Al menos 4.200 toneladas de material al día pasan por la planta de procesos; de esas, 200 toneladas son concentrado de oro que se exporta.
Según el investigador Jaques Ramírez, en una entrevista brindada a diario El Comercio en octubre del presente año; las migraciones y el deseo de salir de un país ocurren cuando hay un escenario de crisis estructural, sumado a ello la pobreza, desempleo y la inseguridad.
“Esto no es un tema de oponerse, la minería ya está presente en nuestros territorios desde hace muchos años, por lo tanto es un tema de apropiarnos mediante espacios participativos y exigencias a las empresas para que cumplan con sus contratos, con el cuidado ambiental; como es la entrega de las regalías, la inversión que tienen que hacer en el área social, desarrollo comunitario, implementación de infraestructura y más que son necesarios en este momento, porque los pueblos no podemos quedarnos rezagados a los avances que existen en las ciudades, para la gente que vive en la ciudad no será necesario, porque todo lo tienen a mano, pero para nosotros, para los hijos que nacen en este territorio, la minera y todo lo que conlleva eso significa oportunidades”, enfatiza Manuel.
Para él, quien trabaja en el campo y con su vehículo de alquiler, como para otras familias de Zamora, la minería llegó para mejorar sus vidas; cree que como todo trabajo tiene sus riesgos, pero está convencido que la migración se puede reducir en el país con empresas serias, sobre todo prevenir que madres con sus niños viajen y mueran en la frontera, pues enfatiza que muchas mujeres, algunas madres solas a cargo de sus familias trabajan en Fruta del Norte y están llevando el sustento económico a sus hogares.