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20/07/2022Se viene la prostitución política, entendiendo en este caso a la palabra prostitución con una epistemología distinta a lo sexual, sino más bien como una analogía a venderse políticamente por dinero. Espero que la palabra como tal no cause desdeño y escandalo alguno en los lectores de este sumamente corto análisis.
Entonces, ¿a qué me refiero cuando menciono que se viene la prostitución política?
A sabiendas de que nos encontramos próximos a las elecciones seccionales del 2023, la clase que mediocremente se hace llamar política, ya empieza a trabajar incansablemente para asegurar su pedazo del pastel. Por un lado, candidatos que han vivido y se han aprovechado de la inocencia de la gente para seguir absorbiendo los recursos de los ciudadanos; una clase de sanguijuelas capaces de oler sangre a una distancia descomunal y chuparles toda la plata a sus votantes. Otra parte creadores de contenido de entretenimiento y ocio que parecen tener una suerte de ridiculismos y que pretenden clientelizar a la gente por medio de la chachara y el chabacanismo utilizando en su máxima expresión el “Pan y circo para el pueblo”. Tenemos también, a quienes “jalan votos” los clásicos y típicos personajes con dones extraordinarios de llevarse bien con la gente y a quienes les beneficia la época electoral para recibir también su parte, estos son los que se venden por un plato de lentejas; en este saco están ex representantes públicos que ya no les da los números para candidatizarse, presidentes y representantes de distintos gremios, grupos, etc. Y por supuesto los que han llegado a influenciar en la gente y son muy conocidos por la sociedad.
Y al último, por supuesto están los inversionistas, los tucos analistas que pueden olfatear como sabuesos el dinero, aquí tenemos a la clase que decide a quien apoyar en base a las estadísticas de ganancia que tenga cada uno de los candidatos.
Toda esta clase que en su mayoría son los que hoy en día gobiernan, porque por supuesto que no me atrevería a decir que son todos, tienen la suerte de ser llamados a la prostitución política. Son aquellos ciudadanos que han dejado de lado sus valores, sus ideales, sus principios y han decidido ir por donde más convenga, para ellos y su bolsillo.
Con este pequeño análisis, que no es más que una empírica realidad, me encantaría despertar en el lector la indignación y con esto las ansias de tomar la posta y empezar a fomentar el servicio a la sociedad mediante el compromiso político que debemos tener cada uno de nosotros como ciudadanos. Como dijo Yves Montand “Si no te ocupas de la política, ella sí se ocupará de ti”. (O)