Cuenca se engalana de rojo y amarillo por sus festividades de Fundación
10/04/2023Abril Artes Mil anuncia actividades culturales para esta semana
11/04/2023La muerte, otra vez a cargado una elevada y valiosa vida de singular talento y alzadas virtudes, que ha desbordado los méritos, bondades y prestigio. Mario fue parte de la ciudad amada, docto de la cuancanidad, en su más elevada expresión, encarnada en su histórica tarea de educar, formar y conducir en la urbe sapiente.
Cuando por dicha nuestra nos hallamos junto a un ser humano de alzadas virtudes o de esclarecido ingenio, sentimos algo como del paraíso de esta Cuenca, con sabor a cultura. Estos seres de alma blanca nos cautivan y nos atraen, hasta el punto de obligarnos a declarar, que hay en seres de esta suerte tal superioridad y prestigio, que aún después de muertos continuarán brillando a través de los tiempos.
Mario Jaramillo Paredes ha muerto, es el gemido lastimero, el grito de dolor que dio a quienes le conocimos. El siniestro fragor de un trueno huyendo a las insondables regiones de la eternidad. Yo estimo, respeto y hasta venero al hombre que, en el íntimo y frecuente trato nunca deja traslucir la parte deleznable de nuestra flaca naturaleza y en cuya conducta hay que presuponer el grande y constante esfuerzo.
La vida de Mario Jaramillo Paredes, fue un registro de bondades y concepciones rítmicas de su conducta. Su suave y serena voz con su especial módulo verbal, nos entregaba su palabra cargada de amistad sazonada y diáfana. Mario ahora se funde con el infinito, con el gran hacedor de la vida para acompañar en la travesía de su querido hermano Edmundo Jaramillo, el Chivo, quién hace poco partió por el sendero eterno, rumbo al reencuentro.
La educación fue uno de sus principales objetivos, al permanecer por varios años en la catedra y el rectorado de su recordada Universidad del Azuay, para registrar un mérito más en su calidad de ministro de Educación de la república. Varios son sus destacadas funciones tanto en el ámbito público como privado, articulista de opinión y otras distinciones merecidas.
Mario, tu partida te ha llevado a un lugar de privilegio, quienes nos quedamos en esta orilla, contemplamos como tu figura se agiganta, como lo hacen los árboles más nobles con el paso de los años. Más allá del dolor hoy celebramos sus triunfos. Mario Jaramillo Paredes, pasa a la historia ecuatoriana como un ejemplo de la imagen de honorabilidad, honradez, seriedad, y sanos propósitos, que caracteriza el ideal del ciudadano de intachable conducta. Mi homenaje póstumo a la memoria de este distinguido hijo de la patria, la serenidad, la postura y el equilibrio de esos espíritus privilegiados que viven en armonía consigo mismos y que están al servicio de los demás, constituye un ejemplo de calidad humana y honorabilidad. Hasta pronto Mario. (O)