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29/05/2024La improvisación, el populismo y el clientelismo por lo general van de la mano, constituyen en una herramienta para ciertos “políticos” que quieren a como dé lugar llamar la atención y aprovecharse del poder. Lo peor de todo se creen imprescindibles, los ungidos, pisoteando los principios de la democracia y el derecho internacional. Estos comportamientos y caprichos que estamos viendo los ecuatorianos, pertenece a uno de los tantos vicios políticos del pasado que van contribuyendo al descontento popular. En los tiempos actuales se necesitan políticos serios, con madures, trayectoria y con capacidad de estadista, que den solución a los problemas más recurrentes de la sociedad, tales como la seguridad, conectividad, salud, educación, economía, justicia, empleo y equidad, encaminadas al buen vivir.
El ecuatoriano no está dispuesto a seguir soportando la inercia, se indigna y reclama verdaderas transformaciones. La práctica política del cartón, de las banalidades y frivolidades, no parece ser la vía más adecuada para proporcionar los cambios y definiciones concretas que en el orden institucional, social, económico, financiero y moral demanda nuestro país. En estos tiempos difíciles se necesitan gobiernos incorruptibles y eficientes, preocupados por el bien común y no por su permanencia en el poder.
El nuevo populismo de derecha pretende justificar su permanencia, alegando que son la única opción y descalifican la capacidad de los opositores para llevar a cabo las transformaciones que el pueblo necesita y reclama, pero que ellos están siendo incapaces de realizar. La elección presidencial del dos mil veinte y cinco, será el momento de hacer un balance sobre el gobierno nacional y sobre las aspiraciones de una fuerte oposición política para sustituirlo.
La anticipada campaña para la presidencia de la república, ya inició y buscan ganar votos con efigies de cartón, Tik Toks, distrayendo la atención con gafas, zapatos y actividades intrascendentes con el único propósito de alagar y seducir al ciudadano, olvidando los bullados casos de abuso de poder, del tráfico de influencias, y varias formas de violencia y odios políticos contra la segunda mandataria y quienes están en la orilla de la oposición.
El nuevo populismo de las clases dominantes, tiene como bandera la ridiculez y la mofa como forma de dominación autoritaria. En el menú de ofertas electorales y de balance en la rendición de cuentas del gobierno, constatamos la ausencia de propuestas específicas o detalladas y de incumplimiento de las pocas que tienen contenido, con un acelerado vaciamiento del discurso político. Existe una total ineficiencia en el control tributario y las grandes deudas al SRI, existiendo en muchos temas conflictos de intereses. Se ha debilitado asimismo las relaciones internacionales, poniendo en riesgo y desprestigio a nuestro país. Señor presidente de la república, es el momento de la rectificación, para dar un golpe de timón a esta nave que está a la deriva y que se llama Ecuador. (O)