Leoncio Cordero Jaramillo
01/03/2021Para Alicia
08/03/2021[widget id=”text-11″]
Porque hoy en día se habla de consumir lo nuestro; de lo que se cultiva, de lo que se produce, de lo que se innova, y el arte no debe quedarse fuera de este ámbito que busca lo mejor.
Porque se pueden encontrar expresiones del arte por donde se camina.
Desde murales pintados entre las esquinas y avenidas, en plazas y cafés con músicos o artesanos y en los centros artísticos y teatros con una función distinta cada semana.
Porque siempre es necesario el debate, el conflicto, la lucha para demostrar que siempre queda algo más por cambiar; porque donde la memoria es frágil, el arte es el soporte para cada generación.
Porque sea un proyecto pequeño o grande, como en cualquier trabajo, cada día se encuentra un artista o un grupo dedicando horas de investigación, de ensayos, de confección, de construcción y de difusión para traer nuevas creaciones.
Porque desde el arte se puede distanciar para observarse, encontrarse y confrontarse.
Donde se puede desconectar del presente, para aventurarse al pasado o futuro de historias y momentos ajenos que se conectan con el espíritu.
Porque en el encuentro con los intérpretes y su elocuencia por dar vida a personajes provenientes del papel, en las formas de una escultura, en los trazos de una pintura o en las partituras de una canción, se pueden apreciar los detalles de la vida.
Porque cada día hay alguien que se inspira desenvolviéndose por medio del arte.
Para aprender, para perdonar, para continuar avanzando a través del puente de la imaginación y por el deseo para cambiar su cotidianidad.
Porque el arte es una muestra de la experiencia y vivencia humana; el espejo del alma, el martillo de la conducta, o la mezcla de ambos, para percibir los altibajos de vivir de una sociedad cada vez más cambiante.
Porque el arte sirve para considerar cada uno de estos momentos, y mucho más. (O)