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08/08/2023Betín de la Lotería es como le han denominado algunos escritores que han escrito sobre este personaje de Cuenca, que empezó a darse conocer en los años 80 del siglo anterior; yo le llamo Betín el Grande, su grandeza estuvo formada por su carácter y ganas de luchar en una sociedad que no estaba preparada para él. Betín, su nombre era Heriberto Ch…, nació y vivió siempre en uno de los barrios más antiguos de la ciudad, su iglesia empezó a construirse el 3 de mayo de 1557, es decir 21 días después de la fundación de la ciudad, me refiero a San Blas, sector que celebra sus fiestas patronales cada 3 de febrero, terruño que acogió por los años sesenta a uno de sus hijos predilectos que, a pesar de haber nacido discapacitado, desde su niñez fue acogido con cariño y aprecio no solamente a él, sino a toda su familia. Desde niño a pesar de su condición supo integrarse con los muchachos del sector; fue un personaje muy querido y seguro estoy que hasta el día de hoy muchos le recuerdan, porque fue parte importante del sector desde los años sesenta hasta el año dos mil que debió haber fallecido, dejando ejemplo de lucha y superación. vivió en la calle Sucre y Tomas Ordoñez, en la casa conocida como Garajes San Blas.
Cuando le vi por primera vez, Betín seguramente frisaba los 23 o 24 años de edad, puede que me equivoque, son tantos años que han pasado que en la actualidad él hubiera estado llegando a la tercera edad, y vaya que se merecía llegar, pero la vida a veces es dura contra los grandes de corazón y Dios los manda a cumplir ciertos objetivos y para que no sufran más se los lleva temprano. Siempre he dicho, los buenos se van pronto, y nosotros la mala hierba, seguramente nos iremos de este mundo cuando ya dejemos de hacer daño a los demás.
Betín el Grande era un vendedor de lotería, si señores como lo oyen vendía la lotería, era un personaje alto, gordo, lleno de vida, siempre con saco plomo, pero no tenía una sino varias discapacidades, caminaba casi arrastrando los pies, sus manos semicerradas como acalambradas, desde su cadera hacia arriba inclinada a la izquierda denotaba la poca movilidad que tenía, casi sin habla. Frecuentaba en la mañana el Parque Calderón era común verle antes de la nueve de las mañana con su grito casi agonizante “ Oteliiia, oteliiiia; Omple la oteliiiia “. Pese a su discapacidad recorría casi todo el centro histórico trabajando dignamente , no descansaba, tenía una fuerza de voluntad férrea, inquebrantable . Laborar en estas condiciones por más de 8 horas en medio de las inclemencia del tiempo, era simplemente un Ulises cumpliendo su propia Odisea. Pero esto no quedaba ahí, a pesar de su discapacidad siempre había uno que otro mozalbete que solía perseguirle e imitarlo hasta el cansancio; pero él era indiferente continuaba su lucha hasta el cansancio.
Betín el Grande lo llamo y lo llamaré siempre por que no fue solamente el ejemplo de lucha trabajo, disciplina, sino que, pese a todas sus discapacidades, vivía para sí y los suyos. Cuando intentábamos darle una moneda, extendía con un esfuerzo enorme la mano para que escojamos el Guachito, le decíamos que no, que era para él, pero movía la cabeza desesperadamente y de su boca salía un ¡nooooo¡ desesperado, él era así, mientras laboraba no permitía que le regalen monedas.. Avergonzados agarrábamos el pedazo de papel, sin escoger ni siquiera el número . Lo llamo el grande porque muchas veces en la noche a pesar de ser más de las 9 de la noche continuaba su labor diaria , incansable , infranqueable vendiendo la lotería en el terminal terrestre. Solamente los domingos se dedicaba a pedir monedas en la puerta de la Catedral Nueva, abierto las manos, en su chompa ponía un pequeño madero, formando de esta manera una especie de hueco, donde los feligreses lanzaban las monedas.
Sé que te fuiste en los primeros años de este siglo a los brazos del creador estimado Heriberto, pero llegaste a ser un hijo predilecto de Cuenca y siempre diste ejemplo de trabajo y dignidad que ha muy pocos le quedan hoy en día. Bien podríamos decir de ti la frase de Indira Gandhi: “Fue un gran privilegio haber vivido una vida difícil”.
Texto: Adriano Merchán Aguirre
Derechos de Autor: Nro. CUE: 004867
Libro: Siluetas del Folklor Cuencano, época colonial y republicana
Fotografía: Manuel Jesús Serano: 1950 – 1955
Fuentes:
Cáceres Marcelo; Testimonio oral
Dr. Pablo Vélez ; Testimonio Oral
Luis Aguirre M; Testimonio Oral