
Tres individuos aprehendidos por llevar droga en su poder
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29/05/2025Carlos Eriverto G. fue llamado a juicio al ser sospechoso de agredir de forma violenta, deliberada y sorpresiva a su exconviviente hasta causarle la muerte.
La responsabilidad del procesado se evidencia en más de veinte elementos de convicción presentados en la audiencia de evaluación y preparatoria de juicio, desarrollada en la Unidad Judicial Penal de Gualaceo. En dicha diligencia, el Juez a cargo dictó el auto de llamamiento a juicio y ratificó la prisión preventiva contra Carlos Eriverto G.
Antecedentes
El ataque mortal ocurrió la mañana del 12 de diciembre de 2024 en el domicilio de la víctima, ubicado en Gualaceo, donde residía con sus cuatro hijos, procreados con el implicado. La mujer, de 38 años, llevaba cerca de un año separada de Carlos Eriverto G., debido a los constantes maltratos físicos y psicológicos que sufría.
Previo al crimen, el procesado se habría asegurado de que su expareja estuviera sola. A las 07:30 llevó a sus hijos al centro educativo y regresó dos veces a la vivienda. En la última visita, habría agredido a la víctima con un objeto contundente mientras ella estaba en la cocina.
Luego se cambió de ropa y retiró a sus hijos del establecimiento escolar. Al regresar a la casa, se dirigió a la cocina y, habría actuado sorprendido al encontrar a su expareja tendida en el suelo. Salió entonces a pedir ayuda en la casa de la cuñada de la víctima, a quien le habría dicho que la mujer estaba desmayada.
La cuñada encontró a la mujer en medio de un charco de sangre, con el rostro cubierto por una chompa y signos visibles de violencia: hematomas en boca y cuello, y cuatro heridas contuso-cortantes en la parte posterior de la cabeza. Junto al cuerpo se halló un papel con la frase “Es casado mi padre, puerca”.
Al ser confrontado, Carlos Eriverto G. intentó huir, pero fue retenido por vecinos y entregado a la Policía.
Según las versiones de hijos y familiares, del informe de la necropsia psicológica y de denuncias hechas por la víctima, Carlos Eriverto G. habría ejercido una relación de poder basada en violencia física y psicológica, control, celos y amenazas de muerte hacia la agraviada y sus hijos para obligarla a restablecer la relación.
Una pericia documentológica confirmaría que la nota encontrada junto al cuerpo fue escrita por el presunto agresor. También se presentó –como parte de los elementos de convicción– el informe de la autopsia, que determinó que la causa de muerte fue un traumatismo cráneoencefálico.