En el ecosistema empresarial ecuatoriano, las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) representan una parte fundamental de la economía nacional. Sin embargo, pese a su importancia, muchas de ellas enfrentan dificultades al momento de acceder a financiamiento, ya sea por falta de información, planificación o preparación financiera.
Según explica Esteban Correa, subgerente Comercial de Andalucía, “uno de los principales motivos por los cuales las empresas dudan o se equivocan al solicitar un préstamo es el desconocimiento sobre las condiciones del financiamiento: montos, plazos, tasas, requisitos y garantías”. Esta falta de claridad no solo genera confusión, sino que puede llevar a decisiones que afecten la estabilidad del negocio a mediano plazo.
La planificación, el primer paso hacia un crédito exitoso
El experto señala que antes de acudir a una entidad financiera, el empresario debe realizar un diagnóstico interno de su empresa y definir un plan de negocio sólido. “En muchas ocasiones, los emprendedores no tienen un plan claro sobre el destino del crédito. Esto los lleva a subestimar gastos, sobreestimar ingresos o solicitar montos innecesarios que luego complican su capacidad de pago”, comenta.
Tener claridad sobre el uso del préstamo es fundamental. No es lo mismo solicitar un crédito para capital de trabajo —que cubre gastos operativos como nómina o compra de materia prima— que para inversión en crecimiento, destinado a la adquisición de maquinaria o infraestructura. “La diferencia radica en el plazo y el propósito. El capital de trabajo suele ser de corto plazo, mientras que la inversión en activos fijos busca ampliar la producción o mejorar los procesos, y generalmente se otorga a mediano o largo plazo”, detalla el vocero.
Los indicadores financieros que toda PYME debe conocer
Un paso clave antes de solicitar financiamiento es revisar los principales indicadores financieros de la empresa. Entre ellos la liquidez, que mide la capacidad de la empresa para cubrir sus obligaciones a corto plazo; la rentabilidad, que refleja su capacidad para generar utilidades; el nivel de endeudamiento, que muestra qué proporción de los activos está financiada con deuda; y el flujo de caja proyectado, que permite anticipar la capacidad real de pago.
El flujo de caja es la radiografía de la empresa. Refleja si el negocio puede asumir el pago del préstamo sin poner en riesgo su operación. Cuando los números son claros y sostenibles, la institución financiera puede confiar en la capacidad del empresario para manejar el crédito responsablemente.
Formalidad y transparencia: dos factores que abren puertas
La formalidad es otro elemento determinante en la viabilidad de una solicitud de crédito. Contar con RUC activo, permisos actualizados y cumplimiento tributario da confianza a las entidades financieras. La formalidad garantiza que la información presentada sea real y verificable. Además, refleja que el empresario cumple con sus obligaciones legales, lo cual reduce el riesgo para las instituciones.
Asimismo, la transparencia en la información es fundamental. Cuando los datos financieros son claros, el asesor puede acompañar al cliente para encontrar la mejor alternativa de financiamiento según la realidad de su empresa. Ocultar o alterar información solo retrasa los procesos y puede derivar en un rechazo de la solicitud.
¿Cuándo es el momento adecuado para pedir un préstamo?
Determinar si el negocio está listo para solicitar un crédito requiere un análisis integral. Las señales positivas son claras: estabilidad en el mercado, flujo de caja constante, documentación al día y un plan de negocio bien estructurado. Cuando la empresa muestra orden y crecimiento, el crédito se convierte en una herramienta para potenciar su desarrollo, no en una carga.
Por el contrario, existen alertas que indican que aún no es el momento adecuado. Entre ellas están la inexperiencia crediticia, la inestabilidad financiera, la falta de garantías o el desconocimiento de los indicadores clave. En estos casos, lo recomendable es fortalecer la gestión interna antes de asumir una deuda que podría poner en riesgo la sostenibilidad del negocio.
Errores frecuentes y cómo evitarlos
Aproximadamente el 30% de las solicitudes de crédito PYME son rechazadas por falta de preparación o desconocimiento. Muchos emprendedores se acercan sin tener listos los documentos financieros, o sin haber evaluado su flujo de caja. Eso demuestra improvisación y genera desconfianza.
Otros errores comunes incluyen no diferenciar entre necesidades reales y deseos de inversión, no priorizar los proyectos estratégicos o no considerar el impacto de las tasas de interés a largo plazo. El crédito no debe verse como una solución inmediata a un problema, sino como una herramienta para generar crecimiento sostenible.
Consejos finales para una solicitud exitosa
Para los emprendedores que están pensando en solicitar un préstamo, la recomendación principal es buscar asesoría especializada. El acompañamiento de un asesor de negocios PYME es clave. Permite analizar la situación real de la empresa, definir la mejor opción de financiamiento y garantizar que las condiciones del crédito se ajusten a su capacidad de pago.
También es indispensable mantener la documentación actualizada y conocer las condiciones que cada entidad ofrece. Esto agiliza el proceso y evita demoras innecesarias. Un empresario preparado proyecta confianza, y esa confianza es el primer paso hacia la aprobación de un crédito
En definitiva, la preparación, la planificación y la transparencia son los pilares para que una PYME transforme un préstamo en una oportunidad de crecimiento. En un entorno económico desafiante, el acceso responsable al crédito puede marcar la diferencia entre la supervivencia y la expansión sostenida de un negocio.





