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06/05/2021Las ferias impulsadas por la Prefectura y su empresa AgroAzuay tienen entre sus emprendedores manos y mentes hábiles que se han planteado propuestas innovadoras para ofrecer a la ciudadanía golosinas saludables en base a productos ancestrales; este es el caso de Wilson Lema un joven de 32 años que se ha dedicado a la investigación utilizando la etnomedicina y gastronomía para convertirlas en golosinas.
Todos los sábados Wilson se ubica en la carpa número 97 de la feria ubicada en la avenida Max Uhle diagonal a la empresa eléctrica, allí comparte el fruto de su trabajo e investigación realizado junto a su familia en la parroquia Paccha, con una gran variedad de productos de marca Hannan.
“Todos nos han vendido la idea de que las golosinas no son saludables, pero nosotros tuvimos la iniciativa de plantear propuestas diferentes y demostrar que las golosinas pueden ser saludables y que además los podemos elaborar con productos tradicionales o ancestrales, es por eso que utilizamos plantas medicinales que nuestros mayores usaban y productos propios de la zona”, señala Lema.
Entre algunas golosinas que se puede encontrar en la feria y que son elaborados sin la utilización de químicos constan:
Chocolatería con una línea de bombones a base de chocolate 100 por ciento de cacao puro con saberes mixtos de limón-toronjil, maracuyá-guarmipoleo, café, entre otros.
Galletas, elaboradas con harinas de: haba, arveja y fréjol, endulzadas con miel de abeja y miel de panela.
Granolas, endulzada con miel de panela y abeja, chocho, cacao, calabazas y amaranto.
Alfajores de harinas de granos como haba, arveja y fréjol, endulzada con panela y miel, con relleno de frutas tropicales de 7 sabores y maní.
Barras de chocolate, con semillas de calabazas y chocho deshidratado.
“Gracias al esfuerzo de mi familia estudié ingeniería en turismo como primera carrera en la Universidad de Cuenca, tuve la oportunidad de conocer el país y ahora hago mi tesis de gastronomía; eso me llevó a descubrir el verdadero tesoro de los Andes del Ecuador; nací en el páramo y siempre se ha dicho que allí no hay mucho, pero la riqueza agrícola y silvestre de los andes es increíble, es un poco tímido en producción, pero al adentrarnos hay un sinnúmero de bayas, flores y hojas comestibles, las personas que habitan los andes las comen desde generaciones atrás, lo único que hago es mostrarle al mundo que el andes tiene más que mellocos, papas y mortiño”, dice emocionado Lema.