Las abejas, esos pequeños insectos que tanto temor nos causan y que muchas veces los matamos sin causa alguna juegan un papel muy importante en el ecosistema, incluso los ambientalistas creen que de extinguirse la vida en el planeta tendría los días contados.
En nuestra provincia, varios proyectos se desarrollan en las comunidades rurales con el objetivo de preservar a esta especie mediante la valoración de su rol en la sostenibilidad del ambiente.
Inés Fajardo, quien ha dedicado toda su vida a la agricultura en su natal Güel, parroquia de Sígsig, decidió sumarse a uno de estos proyectos de apicultura con el objetivo de obtener ingresos económicos para su familia.
“Soy una persona mayor, ya no tengo muchas fuerzas para trabajar la tierra y cuando conocí del cuidado de las abejas para obtener miel me interesé, ya que no representa mayor esfuerzo”.
Ella recuerda que hace muchos años los campos estaban llenos de flores y de abejas, con el crecimiento de la población y de la agricultura fueron desapareciendo. “Antes con mis hermanos buscábamos los panales para obtener miel, ahora los jóvenes ya no saben qué es eso”.
Rodrigo Carrera, representante del programa apicultor Reina de los Andes, comenta que las abejas son las responsables de la polinización de alrededor del 70 por ciento de las especies de plantas a nivel mundial y su contribución en la producción agrícola se estima en un 35 por ciento en términos de volumen de cosecha.
“Alrededor del 85 por ciento de las especies en producción agrícola para consumo humano, incluyendo frutas, vegetales y frutos secos, requiere de polinización a través de insectos para obtener un producto ecológicamente sostenible y de calidad. Nuestra calidad de vida depende mucho de estos insectos”, señaló.
Uno de estos proyectos de apicultura lo desarrolla la Prefectura del Azuay. Paola Romero, técnica de la institución, señala que el mismo tiene dos objetivos; el primero es recuperar la presencia de abejas en las zonas rurales para mantener el equilibrio del medioambiente y por otra parte se busca generar ingresos económicos para 200 familias de la provincia.
San Bartolomé, Jima, Güel, Quingeo, San Joaquín, Carmen de Pijilí, son algunas de las parroquias en las que se ejecuta el programa que hasta el momento ha entregado 175 núcleos.
Quienes forman parte de este proyecto recibieron capacitación sobre el cuidado y manejo de las abejas, a cada uno se le entregó un “núcleo apícola”, que no es otra cosa que una pequeña colonia de abejas que poco a poco se incrementará y en aproximadamente un mes ya empezará a producir miel para la comercialización.
Romero indicó que, durante todo el proceso, quienes se sumaron al proyecto recibirán acompañamiento técnico y capacitación constante para obtener los resultados esperados, ya que la inversión en el mismo asciende a 35.000 dólares. (I)