Hace una década, en un emotivo momento para la ciencia y la tecnología ecuatorianas, el astronauta Ronnie Nader anunciaba al mundo la exitosa puesta en órbita del satélite NEE-01 Pegaso, un hito que marcaba el inicio de la incursión de Ecuador en el espacio. Sin embargo, la historia de Pegaso ha estado plagada de desafíos y obstáculos, incluyendo un encuentro cercano con la basura espacial que casi lo convierte en un desperdicio flotante en el cosmos.
Desarrollado por la Agencia Espacial Civil Ecuatoriana (EXA) con el respaldo del gobierno de entonces, liderado por el presidente Rafael Correa, Pegaso representó una inversión significativa de USD 700.000 en certificaciones y pruebas para llevarlo al espacio. Este satélite nano, modelo cubesat 1U, de 10x10x75 cm y 1.2 kilogramos de peso, fue diseñado y construido completamente en Ecuador sin asistencia extranjera. Además, lleva a bordo una cámara que captura imágenes y videos en vivo desde la órbita terrestre.
El lanzamiento de Pegaso se realizó desde el cosmódromo de Jiuquan en China, junto con otros satélites internacionales. En ese momento, tanto el presidente Correa como Ronnie Nader expresaron su entusiasmo por el logro, enfatizando que «una gran nación no compra tecnología, la hace».
Sin embargo, apenas un mes después de su despliegue en el espacio, Pegaso se encontró con una amenaza inesperada: los restos de un cohete soviético. Aunque la colisión no fue directa, el choque dañó al satélite y lo hizo girar sin control. Esto afectó su capacidad para apuntar su antena hacia la estación terrestre, lo que resultó en una señal que no podía ser decodificada.
En septiembre de 2013, la EXA declaró que no podía recuperar la señal del satélite y activó el seguro que lo cubría. Sin embargo, la historia de Pegaso dio un giro sorprendente en enero de 2014, cuando su gemelo, Krysaor, logró recuperar la señal y Pegaso dejó de ser considerado basura espacial. Desde entonces, Pegaso ha completado aproximadamente 15.000 órbitas alrededor de la Tierra y continúa operativo.
Se esperaba que Pegaso regresara a la Tierra en 2023, pero hasta la fecha no se ha anunciado ningún detalle al respecto. Su gemelo, Krysaor, tiene previsto su retorno en 2025. La Agencia Espacial Civil Ecuatoriana, liderada por Ronnie Nader, desempeña un papel fundamental en este proceso, pero no se dispone de información pública sobre colaboraciones con el gobierno en la actualidad.
Mientras Ecuador no aclara el estado de sus esfuerzos espaciales, Pegaso y Krysaor enfrentan la posibilidad de continuar orbitando la Tierra hasta que dejen de estar operativos, convirtiéndose así en basura espacial. Este recordatorio de la inversión de USD 700.000 en Pegaso sirve como un llamado a la importancia de mantener la atención en la exploración espacial ecuatoriana y su papel en la ciencia y tecnología global.