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01/10/2020A los 88 años, Joaquín Salvador Lavado Tejón, más conocido como Quino, murió el miércoles 30 de septiembre, un día después de celebrar el cumpleaños 56 de Mafalda, su icónico personaje que lo lanzó a la fama y que, en todo este tiempo se ha convertido en un referente de varias generaciones.
Esta pequeña niña irreverente, defensora del planeta y la paz mundial, cautivo al mundo con preguntas punzantes a sus padres y profesores hasta convertirse en toda una leyenda desde la pluma de Quino quien, hasta el último de sus días, la vio como “su pequeña rebelde”.
David Jiménez, caricaturista con 25 años de trayectoria en diferentes medios de comunicación de Cuenca, califica a Quino como un referente de la cultura a nivel mundial, como un dibujante a quien se le mira y admira.
“Quino tenía ese toque especial, algo que es muy difícil de explicar. Sus viñetas expresaban los sencillo y complejo del mundo, incluso llegaban al punto de expresar y trasmitir emociones. Muchas de ellas no tenían una sola letra, ni una palabra… un solo gesto o mirada de Mafalda nos tocaba en lo más profundo”.

En muchos aspectos coincide Marcela Rengel, periodista que por más de 30 años sigue a Mafalda y el trabajo de Quino. Apasionada por este personaje, en su casa tiene un lugar especial para la “eterna niña”. Libros, ediciones especiales, cuadros, muñecos y más objetos son parte de su colección.
“Mafalda es eterna, así la creó Quino y sin duda es una de sus virtudes. Leer las viñetas de Mafalda de la década del 70 es como si se hubieran escrito hace unos años, toca los mismos problemas, discrepa con el orden establecido de una manera simple y compleja que sorprende y atrae”, comenta.
Para Marcela, el trabajo de Quino traspasó el límite natural. “Mafalda salió de la viñeta y se coló a la escuela, al colegio del barrio, a la universidad, está pintada en las paredes e incluso tatuada en la piel de algunos, se metió en cada rincón y difícilmente saldrá”.
La muerte de Quino es una pérdida muy grande para la crítica directa, para el humor sano y reflexivo. Si bien Mafalda es su gran personaje, Joaquín Lavado deja grandes trabajos que se vieron opacados por el éxito de esta pequeña irreverente preocupada por la humanidad y la paz mundial. Esa niña y que seguirá odiando la sopa y enamorando al mundo. (I)