La vacuna rusa Sputnik V alcanza una eficacia cercana al 92%, según ensayo
02/02/2021COE Nacional deja en manos de los Municipios el control en Carnaval
02/02/2021Los ecuatorianos hemos sido testigos de un verdadero canibalismo político, previo a las elecciones que se desarrollarán el próximo domingo siete de febrero. Ataques, falacias, amenazas y demagogia al orden del día; situación que denigra a la noble misión y esencia de la política. La misión del aparataje electoral encarnado en la gran mayoría de los partidos y movimientos políticos que participan en este proceso es atacar sin tregua a quiénes según la gran mayoría de encuestadoras, son los favoritos para llegar a Carondelet. La regeneración de la política es integral, comenzando con la educación en valores, de políticas públicas que promuevan la formación ciudadana, la reformulación del llamado Código de la Democracia y la responsabilidad de la familia y la sociedad para entender el verdadero sentido de la política.
La política no es mala palabra, es fundamentalmente un derecho humano y una obligación que tenemos los ciudadanos de ejercerla a favor de los intereses colectivos. Es nuestra misión regenerarla en su concepción y en su práctica, basada en una real acción de participación ciudadana, rebasando incluso a la denominada democracia representativa. La prolongada crisis de la democracia representativa nos debe obligar a cambiar de rumbo.
Invito al ciudadano a sentirse protagonista de las decisiones de país y no ser un simple espectador, y por ende a participar en la política. Se hace necesaria por lo tanto una nueva praxis política que profundice en la democratización, promoviendo la participación y la interacción ciudadana. Se ha hecho costumbre escuchar a ciertos “políticos” decir, que los ciudadanos que discrepan de sus puntos de vista, están haciendo política, descartan de antemano la posibilidad de que, desde la ciudadanía, se ejerza el derecho a la opinión y porque no decir a la práctica política, con visiones incluso más reales y apropiadas de hacer país a favor de los sectores más excluidos y olvidados. El próximo siete de febrero es un día crucial que marcará el destino de la patria; en tal virtud, nuestra misión será escoger al candidato que este a favor de las grandes multitudes y no por los representantes de las clases dominantes y el poder económico. (O)