Bienestar y felicidad, más allá de un estado de ánimo

En el marco del Día Internacional de la Felicidad, proclamado por la ONU en 2012, la felicidad, entendida desde un enfoque científico, va más allá de momentos de placer; implica un estado de bienestar emocional y satisfacción con la vida.

Según el Informe Mundial de la Felicidad 2024 los países más felices del mundo son Finlandia, Dinamarca, Islandia y Suecia. Para realizar esta evaluación se consideran aspectos como el nivel económico, la confianza en las instituciones gubernamentales, seguridad, estabilidad, educación, entre otros factores que determinan el nivel de felicidad en la población.

En América Latina, Costa Rica es el país mejor posicionado, ubicándose en el puesto 12, mientras que Ecuador ocupa el puesto 51, superando a países como Colombia y Perú, pero por debajo de Uruguay y Chile. Esto evidencia la necesidad de seguir promoviendo iniciativas que fortalezcan el bienestar de la población.

La inversión en salud mental y programas de bienestar también es un factor determinante para aumentar el nivel de felicidad en la población. Gabriela Llanos, docente de la Facultad de Psicología de la Universidad Internacional SEK, explica que Ecuador destina aproximadamente el 5% del Producto Interno Bruto (PIB) a la salud pública, una cifra que, si bien representa un esfuerzo, sigue siendo baja para las necesidades de la población.

Otro factor que interviene en la felicidad de una persona, es su entorno social, la sensación de pertenencia, el apoyo social y las interacciones positivas, si se desarrollan de una buena manera pueden reducir los niveles de ansiedad y estrés, fortaleciendo la resiliencia emocional.

Para fomentar la felicidad en la vida cotidiana los expertos recomiendan la práctica de hábitos como el ejercicio físico, la gratitud, la conexión con seres queridos y tener un sueño de calidad. Las personas también pueden sumarse a la práctica del mindfulness que implica estar presente en el momento actual sin juzgar, investigaciones demuestran que las personas que realizan esta práctica experimentan menos estrés y mayor satisfacción con la vida.