Club Deportivo Gloria: Ganar-Ganar
17/10/2020El Centro…
26/10/2020Históricamente se ha afirmado que lo que más distingue al ser humano es su capacidad de tomar decisiones de forma racional, sin embargo últimos estudios, dentro de los que podemos destacar a Antonio Damásio, investigador de la neurociencia, cuyas investigaciones versan sobre la relación entre las emociones y los sentimientos, concluye que el cerebro no es solo una máquina para pensar, también es una máquina para sentir.
Y es aquí donde la emoción cobra un rol fundamental en tiempos electorales, sus consecuencias son fundamentales para la consultoría política. De hecho, las emociones son parte integral del comportamiento, esto implica que en el campo político electoral prima por sobre todas las cosas, las emociones.
María Gracia Becerra, nos plantea a partir de lo señalado, la pregunta general de ¿cuál es el rol de las emociones en el comportamiento político del elector? Y esta sencilla pero fundamental pregunta, nos lleva a un breve análisis de lo que está sucediendo en estos momentos en el Ecuador, donde ya vivimos la campaña presidencial.
Si analizamos lo que dicen los numerosos candidatos a Carondelet, vemos una gran cantidad de mensajes con contenido emocional y escaso componente racional, sin embargo, sostener que el voto es emocional no es equivalente a suponer motivaciones superficiales, como un simple “me gusta” en redes o cuando decidimos que gaseosa comprar.
Los electores son bombardeados con imágenes, sonidos y colores que buscan generar en electorado un estado de esperanza, de salvedad, de potencial solución a sus problemas o simplemente lo que más se busca en ellos, que escuchen lo que quieren oír.
Y es aquí donde se da la oportunidad a que los discursos populistas y demagógicos ganen fuerza, con ofrecimientos superficiales que logran una aceptación popular sin igual, reducción de sueldos, reducción de número de asambleístas y la que nunca puede faltar, la lucha contra la corrupción, temas que no necesariamente son la solución para los problemas actuales de nuestro país, pero que calan con profundidad en los agrada de los electores.
Es aquí, donde se puede afirmar que el futuro de las próximas elecciones es impredecible, se habla de tres candidatos y un potencial cuarto, entre quienes se decidirá finalmente quien será nuestro Presidente.
Y es más impredecible que nunca, pues la realidad actual en la que no salimos de la crisis generada por la pandemia, hace que las emociones y las realidades sean dispersas, las investigaciones cualitativas en particular los mapas mentales, están jugando un papel crucial, así que no nos equivoquemos, la guerra no será en las redes, nuevamente será en la búsqueda de tocar las emociones del electorado.