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11/01/2023Los medicamentos de especialidad son aquellos que se utilizan para tratar enfermedades agudas, crónicas o catastróficas, suelen ser más costosos y requieren de disciplina y guía para su uso adecuado. Por tanto, es importante cumplir con las indicaciones del doctor al pie de la letra, ya que este tipo de fármacos pueden tener efectos secundarios y requieren de supervisión médica estricta. Además, debido a su nivel de especialidad pueden no estar disponibles en todas las farmacias. Por todo ello, es importante seguir ciertas pautas claves para evitar contratiempos que pueden poner en riesgo la salud.
“La administración correcta de los medicamentos de especialidad es básico para que el tratamiento sea efectivo, además de ser fundamental para proteger al paciente de reacciones adversas por causa de la toxicidad propia de los fármacos”, explica Stefanía Arias de Farmacias Económicas. Pensando en ello, a continuación, una guía para promover un consumo responsable de estas medicinas.
Sobre las enfermedades a las que están dirigidos:
- Enfermedades raras: Son aquellas que afectan solo a un pequeño número de personas en todo el mundo o que son desconocidas. Estas enfermedades pueden ser muy difíciles de tratar y requieren medicamentos especializados que pueden ser costosos de producir y distribuir.
- Enfermedades agudas: Tiene un comienzo súbito y evolución rápida; y sin un diagnóstico o tratamiento oportuno puede ser mortal. Por ejemplo: bronquitis aguda, conjuntivitis, fractura de hueso, apendicitis, gastroenteritis, urticaria aguda, crisis de asma, quemaduras, infarto agudo del miocardio, entre otras.
- Enfermedades crónicas: Se desarrollan de manera paulatina, inclusive suelen pasar desapercibidas, algunas no tienen cura y necesitan tratamiento a largo plazo para controlar los síntomas y prevenir complicaciones. Por ejemplo: diabetes, artritis, presión alta, entre otras.
Consejos para una correcta administración:
- Seguir las instrucciones de dosificación: Es importante cumplir con las dosis y con la frecuencia indicadas por el médico, a fin de que el tratamiento sea efectivo y evitar complicaciones.
- No cambiar la dosificación sin consultar al médico: No aumente ni disminuya la dosis del medicamento sin consultar al médico o al profesional de la salud. La administración de estos medicamentos debe ser exacta ya que toma en cuenta el peso, condición y cuadro clínico del paciente.
- Llevar un registro del tratamiento: Es útil crear un registro de las horas y fechas de administración cumplidas y por cumplir, así como de las dosis administradas. Esto ayudará a evitar la ingesta de una doble dosis o de ninguna por olvidos, lo que puede poner en riesgo la salud.
- Portar la medicina siempre consigo: Lo más recomendable es llevar siempre consigo las medicinas necesarias, inclusive algo de reserva, para cumplir con el tratamiento a las horas adecuadas. Siempre es mejor prevenir, ya que puede suceder algún imprevisto que retrase el regreso al sitio en donde se cuente con los fármacos.
- Hablar con el médico si existen preguntas o problemas: No dude en hablar con el médico o el profesional de la salud si tiene preguntas o problemas con su tratamiento. Si bien estas medicinas son difíciles de conseguir no se recomienda optar por cambiarla o alterar las dosis.
- Contar con un stock de reserva: Ayuda a tener al alcance la medicina en cualquier momento y hora, ya que puede suceder que se termine sin darse cuenta o generarse algún evento que impida acudir a la farmacia.
- Almacene el medicamento adecuadamente: Es importante seguir las instrucciones de almacenamiento del medicamento para mantener su efectividad y evitar contaminaciones. Algunos fármacos de especialidad pueden ser susceptibles a cambios drásticos de temperatura, lo que puede afectar sus propiedades.
Medicamentos más utilizados en la medicina de especialidad:
Este tipo de medicinas siempre deben consumirse bajo supervisión médica, algunos de los medicamentos de especialidad más recetados son:
- Inmunoglobulinas: Utilizadas para tratar enfermedades del sistema inmunitario, como la enfermedad de Kawasaki o el síndrome de Guillain-Barré.
- Interferones: Utilizados para tratar enfermedades inflamatorias como la esclerosis múltiple y la hepatitis C.
- Factor VIII: Utilizado para tratar la hemofilia, un trastorno del sistema de coagulación de la sangre.
- Rituximab: Para tratar enfermedades autoinmunitarias como el lupus y el síndrome de Sjögren.
- Imatinib: Para tratar enfermedades cancerosas como la leucemia mieloide crónica y el cáncer de estómago.
“Para este tipo de medicinas, que siempre requerirán de administración usual, lo más recomendable es optar por afiliarse a un plan de medicina frecuente para recibir beneficios como descuentos o productos gratuitos al cumplir cierto número de compras, de esta forma se aminora el costo. Es importante destacar que cualquier medicamento de especialidad debe administrarse con estricta supervisión de un médico especialista para evitar afectaciones a la salud, y es indispensable que el especialista otorgue una receta certificada para que pueda ser despachado en las farmacias”, alerta Arias.