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26/04/2021
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26/04/2021El refranero popular se hace presente en ciertas épocas del año. En éstos días forma parte de la conversación la concebida frase “Abril aguas mil y en mayo hasta que se pudra el sayo”, temporada de carreras, resbalones, compras apresuradas de paraguas, de guarecerse bajo los aleros, resfríos y exclamar “esperemos un poco, ya se está alzando”. El elemento Agua está directamente relacionado con el origen de la vida y de las culturas, con el mundo de los sentimientos y las emociones, los instintos, lo psíquico, y el pensamiento. La sabiduría popular y la tradición oral han definido al cuarto mes del año, como una época propicia para las lluvias. En este mes de abril todas las miradas están puestas en el cielo y en los techos de nuestras casas.
La sabiduría popular tiene como protagonista al mes de abril en multitud de contextos, la mayoría referidos a la climatología, a las precipitaciones y la agricultura. En nuestro medio asociamos a la sabiduría popular, otras frases que hemos escuchado: Agua del cielo, el mejor riego. Agua de nube, a unos los baja y a otros los sube. Aguas de abril y heladas de mayo aseguran el año. Abril mojado, de panes viene cargado. El poeta universal Antonio Machado, evoca: Son de abril las aguas mil. Sopla el viento achubascado, y entre nublado y nublado hay trozos de cielo añil. Agua y sol. El iris brilla.
En Cuenca y en otras ciudades del país, estamos viviendo una temporada de lluvias, que si bien benefician a los cultivos y a la naturaleza en general, también causan daños y pérdidas. Las consecuencias de las fuertes lluvias alertan sobre la necesidad de la planificación y prevención de manera integral, especialmente en las estructuras de las zonas consideradas vulnerables o de riesgo. El cambio climático, fenómeno global que es reconocido por la comunidad científica, se asocia con una serie de eventos extremos y devastadores como inundaciones o sequías, que generan enormes riesgos para la salud y la vida de los habitantes de las ciudades. Las inundaciones causadas por las lluvias, que en las últimas semanas han incrementado de manera inusitada su intensidad, son eventos que afectan con mayor fuerza a los sectores más vulnerables de la ciudad
Cuenca debe trabajar y prepararse para las temporadas de lluvia y a la necesidad de mejorar la gestión de las inundaciones, deslizamientos y la resiliencia comunitaria. Debemos prepararnos para mitigar de mejor manera las adversidades del clima.