Fuertes olores provenientes de una bodega de alimentos alertaron a los técnicos de la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) de la presencia de irregularidades higiénicas en una comercializadora de Santa Isabel, provincia del Azuay. Encontraron un roedor en descomposición, moho en paredes y total desorganización en el almacenamiento de productos de primera necesidad.
A esto se sumaron los reportes ciudadanos que fueron recibidos a través de la aplicación Arcsa Móvil sobre la insalubridad de este espacio y la incorrecta forma de almacenar alimentos al interior.
Se evidenció, a parte de un roedor en estado de putrefacción, restos de comida en las esquinas, humedad en paredes, falta de ventilación e iluminación y un sinnúmero de observaciones sanitarias. Los técnicos tuvieron dificultad para caminar por los pasillos, por ello la imposibilidad de realizar limpiezas profundas en todos los rincones de la bodega.
Las actividades fueron suspendidas y el personal debe cumplir con tareas intensas de limpieza para garantizar las buenas prácticas de almacenamiento de alimentos procesados.
Se clausuró la bodega como medida cautelar e iniciará el proceso jurídico – administrativo en contra del representante legal de la comercializadora, que determinará la sanción económica. La Ley Orgánica de la Salud establece multas de hasta 10 salarios básicos unificados.
