Llega un nuevo tiempo
01/10/2020Cultura, ¿un tema sin importancia?
12/10/2020Independientemente de lo que suceda en el partido frente a Olmedo, la primera etapa del Deportivo Cuenca en la LigaPro 2020, quedará para el olvido. Sin embargo, con la nueva directiva, la institución espera dar un giro de 360 grados, y uno de los elementos primordiales, será el realce deportivo.
El jueves 24 de septiembre se celebraron las elecciones para la nueva directiva del club, un día histórico para muchos, por la cantidad de socios que se dieron cita al estadio Alejandro Serrano Aguilar a votar, y porque las elecciones dieron como ganadora a la lista 1 comandada por Nathaly Villavicencio, lo que la convierte en la primera mujer presidenta en los casi 50 años del equipo.
Al día siguiente comenzó la carrera contrarreloj, la presentación con el plantel masculino y el femenino, fue lo primero. Un viaje de trámite hasta Guayaquil para el partido contra Emelec lo segundo, y seis días después de las elecciones, llegó el primer gran cambio. Guillermo Duró, que llegaba como Director Deportivo, fue anunciado como Director Técnico interino, lo que obligó a Tabaré Silva a desvincularse del equipo.
La llegada de Duró no es ninguna sorpresa, desde la campaña, la lista 1 advertía que, en caso de ganar, él sería el primer fichaje que hagan. Tampoco fue sorpresa la salida de Silva, que no logró resultados que avalen su continuidad: 14 fechas, 1 victoria, 5 empates y 8 derrotas, consiguiendo únicamente el 19 por ciento de efectividad de puntos, hacen imposible la estadía de cualquier DT.
No obstante, resulta curioso el trato que recibió Tabaré. A pesar de sus números negativos, la hinchada, directivos salientes, directivos entrantes y la prensa, han ponderado en conjunto la labor que realizó en un contexto tan adverso, agravado por la pandemia. Acostumbrado a manejar equipos en crisis, como el Deportivo Quito, del cual salió por problemas económicos en 2015, o el Aucas, del que salió por problemas deportivos en 2016 (ambos equipos descendieron en esos años) supo controlar la situación en la medida de lo posible, y nunca abandonó. “Puso el pecho frente a las balas” dijo reiteradas veces Juan Padilla, cabecilla del proyecto deportivo del equipo.
La situación era insostenible. Nuevos aires, acompañados con nuevos nombres, son la única esperanza que tiene el equipo más importante de la ciudad. Y qué mejor nombre que Guillermo Duró, que cuando asumió el mando del equipo colorado por tercera vez, en la temporada 2014, Deportivo Cuenca atravesaba la peor racha de su historia de partidos sin ganar (21), y en el primer cotejo que dirigió, cortó esa racha tras vencer 3-2 a Mushuc Runa.
Experiencia y resultados hablan por sí solos, será la cuarta vez que esté como DT. Como Asistente Técnico, ayudó al “Turco” Asad a conquistar el campeonato del 2004, algo no menor.
El cambio era necesario, una nueva voz de mando ha llegado para quedarse y Deportivo Cuenca apuesta por un proyecto a largo plazo que parece ser la fórmula de éxito en el fútbol moderno. (O)