Semaforización en Cuenca
28/10/2024En ésta oportunidad me permito abordar otro tipo de temática que guarda relación con el diseño de las ciudades con visión de género. Históricamente nuestras sociedades se han ido formando con supremacía patriarcal, dejando al lado otras perspectivas, que den un sentido más integral en el diseño urbano, por ende del comportamiento de sus habitantes. La educación profesional en los campos de la sociología, ingeniería, arquitectura y urbanismo, ha estado enfocada en función de las necesidades de los hombres, dejando al lado la perspectiva de género.
Los urbanistas de antes (casi todos hombres) pensaban las ciudades subidos a sus autos, y sus proyectos no reflejaban más que sus propias necesidades. La perspectiva de género es básica para las ciudades, en todas partes, pero especialmente en los sitios más pobres, donde la forma de las calles y las conexiones son una herramienta esencial para luchar contra la pobreza que es especialmente femenina y que la perspectiva femenina es crucial para conseguir ciudades más sostenibles.
El objetivo fundamental de la visión de Ciudad Mujer es contribuir a mejorar sus condiciones de vida, mediante la facilitación de servicios que satisfagan sus necesidades básicas e intereses estratégicos. El concepto Ciudad Mujer busca que ellas se empoderen y ejerzan sus derechos, participen activamente en la toma de decisiones, logren su autonomía económica y vivan en ambientes libres de violencia de género y discriminación. Para el logro de su objetivo Ciudad Mujer desarrollaría su trabajo en diferentes dimensiones, a través de un manejo de atención integral a las necesidades de las mujeres para mejorar su calidad de vida, situar a las mujeres como sujetas del desarrollo, a fin de generar un círculo virtuoso y dinámico de desarrollo sostenible. Un enfoque de derechos y de inclusión social, que contribuya a la cohesión social.
Sin embargo, esto crea también nuevas dificultades, como la de conciliar vida laboral y familiar; por lo tanto, hay que repensar la ciudad, para que el eje de la planificación sea el tiempo de las personas. El reto del urbanismo debe ser facilitar la organización espacio temporal del trabajo y la vida doméstica, mediante soluciones como mejorar la movilidad, la calidad de los distintos medios de transporte, del espacio público y de la oferta de vivienda. De la relación entre ciudad y perspectiva de género surgen diversos temas de estudio, como la proximidad entre viviendas, servicios y empleo; en definitiva, el diseño de ciudades con perspectiva de género pretende crear ciudades planificadas para y por hombres y mujeres. Para conseguir una ciudad de las personas, esa es la clave de la equidad y el buen vivir. (O)